San José: «legítimo patrono y principal» de la ciudad de Mérida

Desde las primeras décadas del siglo XVIII se celebraba con la «mayor decencia y solemnidad posible» la fiesta en honor a San José, patrono de la ciudad de Mérida. Una tradición que poco a poco ha sido olvidada por el clero y la grey andina.

Por: Samuel Leonardo Hurtado Camargo

Siguiendo la tradición europea y de conformidad a las Leyes de Indias, las ciudades hispanoamericanas establecidas durante el proceso de Colonización y Conquista, se fundaban bajo la protección y defensa de algún santo o advocación mariana. Dicha elección no necesariamente se correspondía con el dies natalis o día de la muerte, instaurado en el calendario santoral y martirologio romano, sino que respondía a diversas lógicas o razones. En ciertos casos, el santo patrono se asignaba por agradecimiento en función de la victoria sobre algún acontecimiento o calamidad, o según la devoción y parecer del fundador.[1] También, en el trascurso del tiempo, se podía cambiar de acuerdo a múltiples intereses, tal es el caso de la ciudad de Mérida, fundada en 1558, cuyo patronazgo fue atribuido, en un principio a San Dionicio de París y luego, desde las primeras décadas del siglo XVIII ‒hasta hoy día‒, a San José, considerado como el padre putativo de Jesús, patrono de la Iglesia Universal, de la familia, los artesanos y de la buena muerte.

La construcción de un mito

Coronación de San José [Detalles], atribuida a Melchor Pérez de Holguín. Potosí, Bolivia, siglo XVIII. Colección: Museo de Arte Colonial de Mérida. Fotografía: Samuel Leonardo Hurtado Camargo, septiembre 20 de 2018.

En la historiografía regional se ha repetido en reiteradas ocasiones que el primer patrono que tuvo la ciudad de Mérida fue San Dionicio de París, aludiendo que la fundación de la urbe por Juan Rodríguez Suárez en el sitio de la Guazábara[2] había sido el día de la festividad del santo, es decir, el 9 de octubre de 1558. Así lo asevera Tulio Febres Cordero (1860-1938) hacia 1925 en su Archivo de Historia y Variedades[3] (1930)y lo reitera en Clave Histórica de Mérida[4], obra póstuma publicada en 1941. Don Tulio, incluso, afirmó que cuando la ciudad estuvo «dividida» entre Gavirias y Cerradas, ‒dos de las familias de la élite colonial merideña‒ el santo patrono se alternaba entre San Dionicio y San José, respectivamente, dependiendo de cuál familia tenía mayor presencia y poder en el Cabildo[5].

Los anteriores planteamientos los reitera José Rafael Febres Cordero (1898-1974) en 1967. El hijo del Patriarca de las Letras Merideñas señala que cuando la ciudad fue fundada por Rodríguez Suárez, se asignó por patrono a San Dionicio, pero que al efectuarse el traslado de la civitas a la meseta de los Tatuy por Juan de Maldonado en 1559, éste trató de desconocer lo realizado por su coterráneo y decidió sustituir el primer patrono por San José. De esta forma ‒puntualizaba el autor‒ «los patronos también estuvieron en frecuente pugna, pues cuando predominaba en el mando los Gavirias subía San Dionisio a la alta jerarquía patronal, y cuando mandaban los Cerradas le tocaba el puesto a San José y descendía el Santo Obispo [sic] a formar en la fila de los caídos. Se turnaban en el mando espiritual los patronos fundadores, como se turnaban en el predominio político los Gavirias y los Cerradas»[6].

Sin embargo, al revisar los libros de Mercedes de Tierras, Actas y Bandos de Buen Gobierno del Cabildo merideño de los siglos XVI al XIX, instrumentos en donde se registraban las disposiciones tomadas por el órgano municipal, se puede constatar que en ningún momento se hace mención a San Dionisio como patrono de la ciudad. Por el contrario se aprecian diversas medidas tomadas por el Ayuntamiento para la celebración del día de San José, las fiestas de Corpus Christi o de la Purísima Concepción (Inmaculada Concepción).

Asimismo, la disputas entre las familias Gavirias y Cerradas son un «falso histórico», muy bien descifrado por el historiador Hancer González en su obra El Ayuntamiento en los orígenes y consolidación de la sociedad colonial merideña (1558-1622), quien en un riguroso estudio, al abordar el tema de la élite y dominio del poder político local, precisa que los Gavirias y los Cerradas eran las dos familias que encabezan la élite merideña, y «en torno a ellas se efectuaron las alianzas matrimoniales que conllevarían a la conformación de la élite capitular»[7]. El citado historiador, considera además que los planteamientos sobre las «supuestas» rivalidades de ambas familias que formaron parte de las dos huestes fundadoras de la ciudad es «un poco vago, ya que no existe documentación fidedigna, por lo menos en la ciudad, que corrobore tales afirmaciones»[8]. Por el contrario ‒enfatiza González‒, las alianzas matrimoniales demostraba que «de haber existido esa rivalidad, solo se presentaría en la primera generación»[9].

¿Santiago de los Caballeros de Mérida o San Joseph de Mérida?

San José con el Niño. Óleo sobre tela. Quito, Ecuador. Colección: Museo de Arte Colonial de Mérida. Fotografía: Samuel Leonardo Hurtado Camargo, septiembre 20 de 2018.

En Venezuela, por tradición y costumbre a los nombres de las ciudades o centros poblados de origen hispánico le antecedía la denominación del santo patrono[10]. En el caso de Mérida el panorama no es muy esclarecedor, por el contrario, se suscitan diversas interrogantes. Veamos:

Juan Rodríguez Suarez denomina la ciudad únicamente con el toponímico de Mérida, tanto en su primer asiento en el sitio de La Guazábara, fechado el 9 de octubre de 1558, como en el segundo emplazamiento, ubicado en Santiago de La Punta, conocido también con el nombre de Ranchería Vieja, efectuado el 1 de noviembre de 1558. Posteriormente, el 13 de febrero de 1559, el capitán Juan de Maldonado y Ordoñez de Villaquirán, al llegar a la ciudad con orden de aprehensión para Rodríguez Suárez, desconoce las medidas tomadas por éste y cambia el nombre de la urbe por el de Ranchería de las Sierras Nevadas[11].

Al poco tiempo, el 6 de mayo de 1559, siguiendo órdenes de Maldonado, el comendador Martín de López, reubica la ciudad en la meseta de los Tatuy ‒su actual asiento‒, «dándole el nombre de San Juan de las Nieves»[12], denominación efímera que será cambiada por el propio Maldonado por el de Santiago de los Caballeros, toponímico que coexistirá con el de Mérida hasta 1561 aproximadamente, cuando éste último se impone. Así se evidencia en la Causa criminal contra el capitán Juan Rodríguez Suárez por haber ido a la conquista de las Sierras Nevadas, seguido por la Real Audiencia de Santa Fe entre 1559-1561[13], cuyo expediente reposa en el Archivo General de la Nación de la República de Colombia. En los más de 800 folios, para referirse a la urbe andina, Juan Rodríguez Suárez la denomina Ciudad de Mérida o Ciudad de Mérida de la Sierra Nevada, mientras que en las declaraciones de los testigos llevadas por el fiscal de la causa, la denominan Ciudad de Santiago de los Caballeros o Ciudad de Santiago de los Caballeros de la Provincia de la Sierra Nevada del Nuevo Reino de Granada.

De igual forma, en los Libros de Mercedes de Tierras, de 1589, aparece únicamente la denominación de Ciudad de Mérida. Hasta ahora, no hay evidencias del uso durante los siglos XVI y XVIII de la denominación de Santiago de los Caballeros de Mérida. Todo parece indicar que tal denominación es una invención historiográfica del siglo XX. Por lo tanto es difícil inferir si Santiago de Zabaceo fue en algún momento patrono de la ciudad de Mérida, ya que el término Santiago de los Caballeros fue de poco uso, apareciendo fundamentalmente en el juicio al fundador de la ciudad, cuya documentación data como hemos dichos de 1559 a 1561.

Dudas despejadas: San José, legítimo patrono

Diversos testimonios de la época, entre ellos los libros de Acuerdos o Bandos de Buen Gobierno del Cabildo merideño de 1734-1748, 1802-1832, evidencian el patronazgo de la ciudad serrana a San José, por lo que es común encontrar en el inicio de los encabezados de las diferentes tipologías documentales la siguiente frase: «En la ciudad de Señor San Joseph de Mérida». Sin embargo, a raíz de la erección de la nueva Diócesis de Mérida de Maracaibo e Iglesia Catedral por medio de la Bula Magnitud Divinae Bonitatis, del 16 de febrero de 1778 suscrita por Pío VI (1717-1799)[14] y la advocación de ésta a la Inmaculada Concepción según Real Cédula del 17 de febrero de 1783[15], signada por el rey Carlos III (1716-1788), empezó a suscitarse una confusión sobre el patronazgo de la ciudad, incluso entre los mismos miembros del clero. La razón principal, viene dada por el hecho de que la iglesia parroquial consagrada a San José desde 1559[16] pasaba a ser ahora Templo Catedralicio dedicado a Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, llegándose a creer entonces que la patrona de la Diócesis (hoy Arquidiócesis) sustituía al patrono de la ciudad. Hecho que no ocurrió, y por el contrario, en la parroquia eclesiástica de El Sagrario han llegado a coexistir tres patronos: la Inmaculada Concepción, patrona de la Diócesis; San José, patrono de la ciudad, y San Pedro, patrono de la citada parroquia[17].

No pasaron dos décadas, cuando el 17 de febrero de 1802, el doctor don Juan Maximón y Enríquez, abogado de la Real Audiencia de Santa Fe y Caracas, comisario diocesano calificador, consultor y defensor de reos del Tribunal de la Inquisición, canónigo magistral, provisor, vicario general y gobernador de la Iglesia Catedral, en razón de las dudas que tenía el deán y cabildo de la Iglesia, y conforme a la revisión de la documentación antigua del Ayuntamiento y declaraciones de cinco testigos, emitió un auto en el que corroboraba «que desde el año de mil quinientos [sic] cuarenta» se titulaba la ciudad de Mérida como de San José y que ningún otro santo había tenido por patrono. Por lo tanto, lo «declaraba legítimo patrono y principal» de la ciudad de Mérida, «y en su consecuencia mandaba y mandó» que el día de su festividad «se guardara» por todos los fieles estantes y habitantes, «no solo oyendo misa, sino también absteniéndose de todas las obras serviles y prohibidas hacer en las fiestas»[18].

Días después, los miembros del Cabildo animados a realizar con «la mayor solemnidad y decencia posible» la fiesta de San José, acordaron sufragar desde ese año en adelante las referidas festividades, destinando para ello el caudal de propios. El Ayuntamiento dispuso además costear los fuegos artificiales en la plaza mayor la noche de la víspera del santo, y para mayor regocijo por la noticia, mediante Bando de Buen Gobierno, de fecha 13 de marzo de 1802, publicado a «son de caja y voz de pregonero», ordenó a los vecinos que debían poner «luminarias en sus puertas y ventanas la noche citada», bajo la multa de ocho reales al que no lo ejecutare.[19]

Las fiestas de San José

San José de la Sierra, óleo de Marcos León Mariño. Colección: Iglesia San José de la Sierra. Mérida, Venezuela. Fotografía: Samuel Leonardo Hurtado Camargo.

Aclarada la duda sobre el santo patrón de la ciudad de Mérida, el Cabildo dispondrá en los sucesivos años de los fondos necesarios para la festividad josefina. Así, por ejemplo, el 24 de febrero de 1823, fecha próxima a la «celebración del día del patriarca señor San José», los miembros que integraban el Cabildo comisionaron al regidor Martín Gómez, para que concertara con el «venerable cura del Sagrario» el sermón y «función de la iglesia»[20]. Posteriormente, el 13 de febrero de 1826, el Ayuntamiento encargó al regidor José Antonio Arias para que efectuara las diligencias ante el señor cura parroquial sobre la festividad de San José, disponiéndose para ello que los miembros de la Junta Administrativa, le suministraran lo necesario para la fiesta, la cual debía ser «lo mejor y más decente que se pueda»[21].

Escultura de San José ubicada en Capilla homónima de la Catedral de Mérida. Fotografía: Samuel Leonardo Hurtado Camargo, enero 23 de 2022.

Desde entonces y durante el siglo XIX y mediados del siglo XX, la festividad de San José se celebrará con la mayor solemnidad posible, un hecho que puede corroborarse en las diferentes publicaciones realizadas en la prensa regional de entonces o en las diferentes hojas sueltas. El culto a San José se afianzara a través del Quemadmodum Deus (Del modo en que Dios), decreto de la Sagrada Congregación de Ritos, fechado el 8 de diciembre de 1870, emitido por el Papa Pío IX, mediante el cual se le declara Patrono de la Iglesia Universal, y de la Quamquam pluries (Aunque muchas veces), encíclica del papa León XII, en la que se le reconoce como el intercesor de la Iglesia y modelo a seguir por los padres de familia y los trabajores.

Notas y referencias


[1] Véase: Eliseo Serrano Martín. «Santidad y patronazgo en el mundo hispánico de la Edad Moderna», en Studia Historica: Historia Moderna, 40, n° 1. España: Ediciones Universidad de Salamanca, 2018, pp. 75-123; Pierre Ragon. «Los santos patronos de la ciudades del México Central: siglo XVI al XVII», en Historia Mexicana, vol. LII, n° 2. México: El Colegio de México, octubre-diciembre 2002, pp. 361-389.

[2] Ubicado en las adyacencias de San Juan de Lagunillas.

[3] Tulio Febres Cordero. «Fundación de Mérida. Su primer plan de gobierno» [1925], en Archivo de Historia y Variedades. Tomo I. Caracas: Ediciones Parra León Hermanos, 1930, pp. 84-85.

[4] Tulio Febres Cordero. Clave Histórica de Mérida. (Colección Clásicos del Pensamiento Andino). Mérida: Universidad de Los Andes / Vicerrectorado Académico / Biblioteca Nacional Biblioteca Febres Cordero, sexta edición 2005, p. 29. [Edición póstuma publicada por primera vez en 1941]

[5] Tulio Febres Cordero. Clave Histórica de Mérida…, p. 119.

[6] José Rafael Febres Cordero. «Los dominicos en Mérida», en Faustino Rengel O.P. Los domínicos en Mérida de Venezuela. Mérida, octubre 1967, p. 55.

[7] Hancer González Sierralta. El Ayuntamiento en los orígenes y consolidación de la sociedad colonial merideña (1558-1622). Mérida: Instituto Municipal de Cultura del Municipio Libertador, 2010, p. 127.

[8] Ídem.

[9] Ídem.

[10] Véase: Marco Aurelio Vila. Antecedentes Coloniales de los Centros Poblados de Venezuela. Caracas, Venezuela: Universidad Central de Venezuela, 1978

[11] Edda O. Samudio A. La ciudad de Mérida: su fundación y sus asientos. Mérida: Ediciones del Rectorado de la Universidad de Los Andes, 2008, p. 9. Véase también: Archivo General de la Nación (Bogotá). Causa criminal contra el capitán Juan Rodríguez Suárez por haber ido a la conquista de las Sierras Nevadas. 1559-1561.

[12] Ídem.

[13] Archivo General de la Nación (Bogotá). Proceso seguido al capitán Juan Rodríguez Suárez por la Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá, 1559-1561; 4 leg.

[14] Antonio Ramón Silva (Compilador). Documentos para la Historia de la Diócesis de Mérida., t. VI. Mérida: Imprenta Diocesana, 1922, pp. 13-34.

[15] Ibídem, pp. 35-37.

[16] Véase: Catalina Torres de Ruiz Guevara. La Catedral de Mérida. Mérida: Centro de Estudios Históricos del Estado Barinas, 1994, pp. 15-26.

[17] Véase: Baltazar Enrique Porras Cardozo (Coordinador). Fondos documentales del Estado Mérida, siglo XVI-XX. Caracas: Alarcón Fernández Editor, 1995, p. 94.

[18]  BNBFC. Cabildo de Mérida. Libro de acuerdos, 1802-1832, ff. 18v-22r. Acuerdo del Ayuntamiento de Mérida sobre el patrono de la ciudad y la celebración de las fiestas en honor a San José. Mérida, febrero 22 de 1802.

[19] BNBFC. Cabildo de Mérida. Bandos de buen gobierno y otros, en los tiempos de los escribanos Chávez, Pirela y Almarza, ff. 71r-71r. Bando de buen gobierno dado por don Antonio Ignacio Rodríguez Picón sobre la celebración de las fiestas en honor a San José, patrono de la ciudad de Mérida. Mérida, marzo 13 de 1802.

[20] BNBFC. Cabildo de Mérida. Libro de acuerdos, 1823, f. 11r. Acuerdo del Ayuntamiento de Mérida relativo a las fiestas en honor al patriarca San José, patrono de la ciudad de Mérida. Mérida, febrero 24 de 1823. Véase también: Hancer González Sierralta. Mérida después de la Guerra: consideraciones sobre la gestión de gobierno del Cabildo republicano, 1823-1826. (Cuadernos del Bicentenario de la Independencia, N°2). Mérida: El Lapiz, Grupo Editorial y de Investigación, 2011, p. 37.

[21] BNBFC. Cabildo de Mérida. Libro de acuerdos, 1826, f. 121r. Acuerdo del Ayuntamiento de Mérida sobre la celebración de las fiestas en honor al patriarca San José, patrono de la ciudad de Mérida. Mérida, febrero 13 de 1826.

Publicado por

SAMHUR / Samuel Leonardo Hurtado Camargo

Historiador

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