Un “huésped de honor” en las bibliotecas: las Décadas de la Historia de Mérida

Hace 101 años, salió por primera vez las “ Décadas de la Historia de Mérida”, una novedad editorial pionera en los estudios coloniales sobre el occidente venezolano, realizada con rigor investigativo y sustentada en fuentes primarias, escasamente utilizadas para la época.

Por: Samuel Leonardo Hurtado Camargo

“Querido Don Tulio, ya tengo huésped de honor entre mis libros y ya leí con deleite el tomo primero de las Décadas. Si como dicen los teólogos, en todo deleite hay un resabio de pena lo hubo en mí al llegar por la página 280 de su libro y no poder continuar con un tomo segundo, tan grato como el primero”[1]. Con estas palabras iniciaba el joven Mariano Picón Salas su epístola dirigida a Tulio  Febres Cordero, fechada en Caracas el 10 de noviembre de 1920, en la que le manifestaba sus impresiones acerca del primer volumen  del libro Décadas de la Historia de Mérida, una obra salida por el mes de julio desde los talleres de la Tipografía El Lápiz y del que se tenía previsto la edición seis tomos “cada uno de trescientas páginas más o menos”[2].

Fue tal el regocijo, que el futuro ensayista venezolano, anhelando la pronta salida del segundo tomo, no dudará en decirle al Patriarca de las Letras Merideñas: “Ojalá que los aires maternales de la Sierra[3] y estas secas y alegres mañanitas de diciembre que ya se avecinan le ahuyenten la melancolía y los achaques de que me habla y que mucho deploro, y pronto pueda proseguir usted constante y sonreído en la labor bella como un antiguo monje que también fuera poeta”[4]. Este deseo también le será manifestado por otros personajes de la época, quienes en sucesivas correspondencias le expresaran su agrado por la edición del libro y la pronta aparición de los otros volúmenes prometidos.

Algunas pistas sobre el libro

Décadas de la Historia de Mérida constituye la onceaba publicación de Tulio Febres Cordero, y la primera relacionada con los estudios sobre el proceso de colonización y conquista de gran parte del Occidente de Venezuela, la que posteriormente sería el Corregimiento de Mérida (1607), el cual tenía jurisdicción sobre La Grita, San Cristóbal, Barinas y San Antonio de Gibraltar. La obra se compone de once capítulos, precedida de un capítulo preliminar y se acompaña de un apéndice.

En el capítulo preliminar, intitulado “Los aborígenes”, aborda una descripción de los nombres de las tribus y distribución geográfica de los asentamientos indígenas, su sistema de creencias, alimentación, agricultura y comercio. Por su parte, los capítulos siguientes, se ordenan bajo el nombre de “Décadas” seguidos de manera secuencial desde el I hasta el XI, estructurados respectivamente en once períodos: 1492-1500, 1501-1510, 1511-1520,1521-1530, 1531-1540, 1541-1550, 1551-1560, 1561-1570, 1571-1580, 1581-1590, y 1591-1600. Allí, se estudia de manera pormenorizada el proceso de colonización, conquista y conformación de la sociedad colonial en el occidente venezolano, desde los viajes colombinos, las expediciones de Alonso de Ojeda, Américo Vespucio, Cristóbal Guerra, Rodrigo de Bastidas, Jorge Spira,  Alonso Pérez de Tolosa, entre otros, y la fundación de las ciudades hispanas de Coro, Maracaibo, San Cristóbal, Trujillo, Barinas (1577), Pedraza y Mérida (1558). En cuanto al apéndice, don Tulio incluye los “antecedentes geográficos de Mérida” y la Descripción de la Provincia de Mérida, realizada por Juan de Dios Picón en el año de 1832.

Posteriormente, en 1935 las Décadas se incorpora en Analectas de Historia Patria, una compilación editada por Parra León Hermanos en el marco del duodécimo aniversario de la editorial Sur-América, el cual será prologado por Caracciolo Parra León (1901-1939)[5]. Allí Febres Cordero le agrega al apéndice las Concesiones de Tierra en la antigua Gobernación de Mérida, un inventario detallado de los repartimientos de tierras ordenados cronológicamente desde 1589 hasta 1637, cuya fuente principal fueron los libros de Mercedes de Tierra (1578), actualmente en custodia de la Biblioteca Febres Cordero (Mérida,Venezuela), la documentación existente en el archivo de la Gobernación (hoy Archivo General del Estado Mérida), y del Registro Público, datos recopilados por el autor entre 1890 y 1891, durante su investigación sobre los límites entre los estados Mérida y Zulia. Este mismo criterio se aplicará en sus Obras completas, edición póstuma publicada en 1960 por la Gobernación del Estado Mérida, y en 1991 por el Banco Hipotecario de Occidente.

Además de las sucesivas ediciones de las Décadas…, en la Biblioteca Febres Cordero se conserva el “machote”, es decir, el primer ejemplar salido de la imprenta. Según una inscripción hecha por Don Tulio, fue de su “uso exclusivo” y estuvo destinado para “corregir los yerros que se hayan escapado”. El ejemplar, incluido dentro de la Colección Bibliográfica Antigua, se encuentra identificado con el código TFC-56, está empastado en tapa dura y presenta buen estado de conservación.

Novedad editorial

Ídolo tatuado de los Andes. Rasgos principales publicado en el libro «Decadas de la Historia de Mérida». Grabado de José Rafael Febres Cordero, hijo de Don Tulio. Colección: Biblioteca Febres Cordero (Mérida, Venezuela). Fotografía Samuel Hurtado Camargo.

La labor de Tulio Febres Cordero no solo se limita a la investigación etnográfica e histórica, la crónica, el cuento, la novela y el periodismo. Al ejercer la docencia en diferentes instituciones educativas, ser el promotor de la Cátedra de Historia Patria (1898) y al desempeñarse también como tipógrafo y encuadernador, le permitió tomar conciencia sobre la importancia de la difusión de sus investigaciones, que no solo llegaran a un selecto grupo de intelectuales, sino a la mayoría de los ciudadanos. De tal forma que procuró en los periódicos que editó[6] y en sus distintos libros atraer a los lectores, escribiendo de forma sencilla y precisa, pero sin perder su rigurosidad investigativa.

Así lo demuestra en las Décadas…Una obra cuya impresión había sido “demasiado lenta, trabajo de dos años y medio, en una imprentica de remiendo, luchando contra muchas dificultades, entre ellas el precio exorbitante del papel”[7]. El colofón, decía Don Tulio, “ha sido un grito de triunfo”. A pesar de ello, las Décadas…, constituye una novedad editorial para la época, un aspecto hasta ahora no tratado en los estudios sobre el tema. Aunque el escritor merideño advertía que en la forma gráfica, “la ranciedad” de la obra era resaltante, porque en pleno apogeo de la fotografía, se presentaban en el libro “grabaditos en madera, muy rudimentarios, semejantes a los que se usaban en el siglo XVI, cuando tal arte estaba todavía en pañales”[8].No obstante, la propuesta editorial llama la atención, pues, en sus 29 grabados reproduce mayoritariamente las figuras de piezas arqueológicas relacionadas con las comunidades aborígenes de los andes venezolanos, coleccionadas por el autor durante sus investigaciones. Es decir, por primera vez, mediante los grabados se daban a conocer parte de un patrimonio arqueológico y de alguna manera se sensibilizaba a los lectores sobre la importancia de estas piezas para los estudios etnográficos.

Los grabados habían sido realizados por el joven José Rafael Febres Cordero “Pepe”, hijo del autor, quien con sus veinte años de edad demostraba su dominio en el arte de la impresión, una labor reconocida por los lectores de la obra, entre ellos, Mariano Picón Salas, en cuya carta del 10 de diciembre de 1920, le manifiesta a Don Tulio: “Ha tenido su libro un digno grabador e iluminador en Pepe. Hágame la merced de felicitarlo en mi nombre: mucho me complacen estos triunfos del talento de tan buen amigo”[9]

Un libro pionero en los estudios coloniales

Tulio Febres Cordero (1860-1938), óleo de Francisco Lacruz. Colección: Universidad de Los Andes.

Desde su salida de la imprenta,el tomo primero de Las Décadas de la Historia de Mérida tuvo una acogida en su época. Las cartas de congratulaciones al autor no se hicieron esperar. Uno de los que felicitó a Don Tulio fue el reconocido escritor y minerologista merideño Emilio Menotti Spósito, quien en misiva del 26 de agosto de 1920, le dice: “Acabo de recibir una sorpresa gratísima: el último libro de su erudita pluma ‘Las Décadas de Mérida’. Lo he leído con gusto de rato a rato, porque pienso sacar de él mucho provecho […] Agradezco a usted mucho el obsequio de tan interesante obra y deseo que Dios le conceda vida y salud para que publique los cinco tomos que faltan” [10]

En octubre de 1920, Isilio Febres Cordero, presidente constitucional del Estado Zamora (hoy Barinas) le expresa las gracias por el obsequio remitido “por la importancia verdadera de la obra” y le manifiesta su deseo porque pueda llevarla a feliz término[11]. Del mismo modo, José Ignacio Lares, en correspondencia del primero de enero de 1921, le señala que las Décadas…¸enriquecía la “bibliografía patria, el brillo de las letras y el prestigio de su nombre”[12]. Las Décadas…, trascenderán las fronteras de los Andes,  y del país. Desde Caracas, Rubio, Cúcuta, Guayaquil y Buenos Aires les suscribirán correspondencias al autor solicitándoles un ejemplar de la obra. 

Pasado el tiempo, la obra no perderá vigencia y ha sido objeto de referencia entre historiadores y académicos. Así, el reconocido historiador  Ildefonso Méndez Salcedo, en un estudio sobre la producción historiográfica de Don Tulio señala que las Décadas de la Historia de Mérida, para el momento llenaban un vacío “originado por el desconocimiento y la dispersión de la información disponible”[13]. El historiador Hancer González Sierralta en su obra El Ayuntamiento  en los orígenes y consolidación de la sociedad colonial merideña (1558-1622), precisa que entre las investigaciones sobre el Cabildo merideño es pionera las Décadas, “en donde abundan las noticias sobre la institución, en particular la participación en el reparto de tierra y solares, y la comisión que el Ayuntamiento de Mérida otorgó a Gonzalo Piña de Ludueña, para fundar la villa de Gibraltar y posterior posición ante la fundación”[14]. Por su parte, el historiador Eduardo Osorio, en su Historia de Mérida: conformación de la sociedad colonial merideña (1558-1602), al referirse sobre la reconstrucción histórica del siglo XVI merideño, señala que ésta “requiere de una laboriosidad especial por parte de los historiadores”, pero que “aparte de las Décadas de Don Tulio”, existía muy poco que “haya sido hecho con rigor investigativo y documentos adecuados” [15].

Notas y fuentes consultadas


[1] Correspondencia de Mariano Picón Salas a Tulio Febres Cordero (Caracas, diciembre 10 de 2020). En: BNBFC. Colección Manuscritos. Correspondencia enviada a Tulio Febres Cordero, p. 1.

[2] Tulio Febres Cordero. Década de Historia de Mérida. Tomo I.  Mérida, Venezuela: Tipografía El Lápiz, 1920, 285 p.

[3] Sierra Nevada de Mérida.

[4] Correspondencia de Mariano Picón Salas a Tulio Febres Cordero (Caracas, diciembre 10 de 2020). En: BNBFC. Colección Manuscritos. Correspondencia enviada a Tulio Febres Cordero, pp. 1 y 2.

[5] Analectas de Historia Patria. (Prólogo de Caracciolo Parra). Caracas: Parra León Hermanos, Editorial Sur –América, 1935.

[6] Páginas Sueltas (1882-1883), El Comercio (1884), El Lápiz (1885-1896), El Centavo (1900), El Billete (1902) y El Mosaico (1921-1923)

[7] Tulio Febres Cordero. Década de Historia de Mérida…, p. III.

[8] Ídem.

[9] Correspondencia de Mariano Picón Salas a Tulio Febres Cordero (Caracas, diciembre 10 de 2020). En: BNBFC. Colección Manuscritos. Correspondencia enviada a Tulio Febres Cordero, p.2.

[10] Correspondencia de Emilio Menotti Spósito a Tulio Febres Cordero (Mérida, agosto 26 de 1920). En: BNBFC. Colección Manuscritos. Correspondencia enviada a Tulio Febres Cordero, p.1.

[11] Correspondencia de Isilio Febres Cordero, presidente constitucional del Estado Zamora, a Tulio Febres Cordero (Barinas, octubre 25 de 1920). En: BNBFC. Colección Manuscritos. Correspondencia enviada a Tulio Febres Cordero, p.1.

[12] Correspondencia de José Ignacio Lares a Tulio Febres Cordero (La Isla, Mérida, enero 1 de 1921). En: BNBFC. Colección Manuscritos. Correspondencia enviada a Tulio Febres Cordero, p.1.

[13] Ildefonso Méndez Salcedo. Tulio Febres Cordero: una presencia ineludible en el ámbito intelectual venezolano. Mérida, 1999, s.p.  [Mecanografiado]

[14] Hancer González Sierrralta. El Ayuntamiento en los orígenes y consolidación de la sociedad colonial merideña, 1558-1622.Mérida, Venezuela: Instituto Municipal de Cultura, 2010, p. 20.

[15] Eduardo Osorio. Historia de Mérida: conformación de la sociedad colonial merideña, 1558-1602. (Colección Ciencias Sociales, Serie Historia). Mérida, Venezuela: Consejo de Publicaciones de la Universidad de Los Andes, 2005, p. 257.